
Cuando se mira por la ventana, observando sólo la lluvia empapar los cristales, no pasa el tiempo.
Cuando se sigue el rastro de una gota adelantada delizándose cristal abajo, no pasa el tiempo.
Cuando mis cinco sentidos están percibiendo el continuo caer del agua, ensimismados, entendiendo que cada gota cae en su sitio, no pasa el tiempo.
Cuando mi mente se conecta con la tuya y hablan, no pasa el tiempo.
Cuando en la distancia te miro a los ojos como si estuvieras justo enfrente y pudiera tocarte, no pasa el tiempo.
Cuando el pudor real se transforma en el calor imaginario, y podemos sentirnos muy cerca, mientras fuera cae la lluvia, no pasa el tiempo.
Cuando el recuerdo de tus letras invade mi alma haciéndola tuya y sólo tuya, no pasa el tiempo.
Cuando pienso en el tiempo que hace que te quiero, no pasa el tiempo.