Lugares que he visitado (y que quiero visitar)

26.2.07

* Silent Thoughts *

Mañana fría y clara. Mentes frías y oscuras. Colectividad enajenada. Individuos atómicos cercanos al cero absoluto, sin agitación térmica. Sin ruido. En la mejor situación posible para las comunicaciones, paradójicamente no existen las palabras. Ni el ruido. Relación señal a ruido igual a 0. No hay señal. Tampoco ruido.

Así durante todo el día. Todo se agrietea y se banaliza. Las distancias interpersonales no hacen sino crecer y empiezo a preguntarme si el problema no estará en mí. Todavía lo dudo, no sé qué ocurrirá mañana.

Quisiera acercarme a ti, sí a ti, que lees mis pensamientos. Rodear con mis brazos tu cintura y colocar mis ojos frente a los tuyos, de manera que sólo una estrecha columna de aire los separe. Quiero que seamos la fuente de señal de este mundo, quiero que nuestro entusiasmo se oiga. Quiero, al fin, besar tus labios y que todo explote. Quiero que tú y yo nos paseemos solos por una ciudad en la que sólo estemos nosotros. En la que puedan seguir existiendo autómatas por doquier, pero eso ya no nos importe. Quiero facilitar las cosas, acercarte al sol. Calentar tu sangre. Mirarte dentro y pasearme por tu mente. Saludar a tus neuronas y abrazarme a tus venas. Quiero hablarte desde dentro y que me escuches. Quiero ser tuyo desde tu interior.

Mañana será otro día de mañana fría. Mañana estaré lejos, en una esquina del paralelepípedo inmenso, vacío, silencioso, con el que se puede representar el mundo. Sentado en una esquina, leyendo un libro. Ajeno a la vacuidad que otrora me angustiara y ahora me rodea. Disfrutando hoy de ella y de la idea que tengo de ti, pues esa es la sola cosa que tengo.

No enciendas la luz todavía, por favor. Quiero seguir soñando. Quiero seguir volando. Contigo.

24.2.07

Que reste-t-il?

Es sábado por la tarde. No me he vestido todavía. Ni siquiera me lavé la cara en todo el día. Quizás ahora salga a respirar el aire contaminado de esta ciudad donde he empezado a echar raíces, unas raíces débiles, sobre un suelo duro, asfaltado.

Últimamente me estoy enterando en primera persona de lo que significa "la cruda realidad". Justo ahora, cuando podría tener más esperanzas, cuando podría modelar mi vida como quisiera, cuando más autonomía he tenido para mis decisiones. Justo ahora, todo se hace cuesta arriba. Porque la autonomía completa no existe, el ser humano es un ser social, necesita disponer de calidez de otros. Eso es lo que tengo lejos ahora, y realmente sea la primera vez que esto me ocurre con tanta fuerza. Una de las figuras más importante en la vida de cualquier persona, la figura del padre, se desvanece ahora en mi vida como si fuera azúcar que se disuelve en la leche. No ha muerto, no. Pero está muy lejos de cualquier posición que pueda llegar a comprender. Su vida se ha convertido en un mero acaparar, en un continuo aglutinar medios materiales, mientras ésta se vacía inexorablemente.

Adiós, Papá. Fuiste un padre ejemplar.



Por fortuna, en mi vida a veces ocurren hechos aislados que la hacen alegre, que le dan esperanza, que le permiten afrontar el siguiente paso sin temer la inestabilidad inherente al suelo que pisamos. Ella surgió de la tristeza, de la soledad, de la desorientación (estos sentimientos pueden constatarse sólo una entrada más abajo). Vino a avisarme de que estaba allí y que le encantaría que pudiera contar con ella. Como una pequeña hada voladora aparece para concederme algún deseo. Nunca imaginé que la indefinición y la impaciencia fuera lo primero que me vendría a la razón al intentar pensar el deseo que pedirle. A punto estuve de perder la oportunidad de aprovechar la magia que me brindaba esta suerte de maga inesperada y hoy no puedo por menos que agachar la cabeza, reflexionar y escucharla. Quizás ella también espere que le conceda un deseo y quiero proporcionárselo de la mejor manera que pueda.

Sí, en algunas cosas soy una persona afortunada.