Lugares que he visitado (y que quiero visitar)

17.9.09

Sobre la Magia (a modo de tratado)

Otro texto mío inédito, fechado en octubre de 2001:

Un buen día salí de casa. Le di un beso a mi padre. A mi madre, además le di un abrazo. Salí buscando la magia. No, la verdad es que salí buscando la Magia. Y me pasó casi como a aquél que iba en busca de oro y, cansado de buscar en unas yermas tierras amarillas, calurosas, desistió. De todo. De la vida. De lo más preciado. Cuando su inerte cuerpo golpeó el suelo, levantó polvo y debajo había un enorme filón. Descansó junto a él para siempre. Junto al oro por el que dio la vida.

Quizás fuera Magia lo que me rodeara, quizás no. Pero cada día creo más que sí. La busco, todavía hoy, y creo que no la encuentro. Pero no es así. Está, porque la Magia es cohesión. Entre las personas, entre las partículas, entre las piezas de este complicado pero perfecto engranaje en el que funcionamos. Soy pequeño, y a veces no sé dónde estoy. Además, lejos de ser viejo, quiero ser un niño, para poder sonreír con naturalidad; para poder llorar con ganas, y gritar si es necesario; para poder dejar de escuchar en mi interior el viento pasar y poder sentir la voz de un Hada contándome un cuento. Su propio cuento; para poder dejar de sentir en mi boca el sabor de una cebolla, áspera, y sentir el frescor de un caramelo de menta.

Y si en algún momento, la dura niebla del mundo real no te deja ver la Magia, cierra los ojos, y la verás. Materializada en la cara de una persona, en el sonido de un alfiler cayendo al suelo. O en el de las uñas del pianista cuando se posan sobre las teclas. En un abrazo, quizás. O en una caricia. En ver cómo tu perro te mira moviendo el rabo. En, un día, abrir la ventana, y comprenderlo todo.

Entonces, nunca más tendrás que llamar a mi puerta y preguntarme cosas como: “¿quién soy?”, “¿está bien lo que estoy haciendo?”, “donde está el sexo”?, “¿cuál de ellas es la Estrella Polar?”, o “¿me quieres?”. Todas ellas, y muchas más las sabrás responder, o lo que es mejor, no necesitarás respuesta para ellas. Ese día llegará cuando pronuncies las palabras mágicas.

Y dicen, que en ese momento habrás descubierto que la Magia te ha estado rodeando más tiempo del que pensabas.

Mantener la Magia, o el estado de ella, no es difícil. Basta con dosis más o menos grandes de naturalidad, dulzura, fantasía, inconformismo, sensibilidad, capacidad de asombro, malas pulgas, imaginación, con haber leído al menos un libro de Faulkner sin haberlo plagiado, saber hacer roscos con el humo del tabaco, seguir el ritmo de la música con los dedos, sentir un escalofrío cuando te susurran en la oscuridad, ser libre y, sobre todo, ser consciente de que en verano las plantas se riegan a diario.

Puede parecer un número inconmensurable de requisitos, pero si se compara con lo inconmensurablemente pequeños que somos al lado de una gran secuoya, o incluso si se compara con el número catorce, no son tantos. Máxime cuando lo que consigues es mantener la Magia.

Cómo cerrar los ojos y ver. Un viaje a la madera que es nuestro centro.

César Carmona Tapia - 11/10/01

Hace 10 años

El texto a continuación lo escribí yo mismo hace algo más de 10 años para su publicación en un periódico local de Granada con motivo de haber sido galardonado con el premio extraordinario de bachillerato:

César Carmona Tapia, del I.E.S. Mariana Pineda, estudia COU, en la opción A. Nació el 23 de Abril de 1981 en Granada. Como estudios universitarios, le gustaría dedicarse a la Astrofísica.

"Tengo muchas aficiones, algunas de ellas pasiones: como viajar, o lo que es lo mismo, abrir los ojos y ver el mundo. Adoro la música, y de ahí que esté tratando de tocar el piano desde hace poco tiempo (nunca es tarde...). Otras grandes pasiones son la literatura, el cine, el teatro, la pintura... Digamos que esas son cosas capaces de emocionarme (y otras tantas que prefiero no hacer públicas). Me gusta interesarme por las cosas. Mi interés es "desinteresado".

Es cierto que en la vida es necesario un cierto rigor que pueda crear la templanza y la prudencia que marquen su sendero. Pero también lo son las sensaciones, las emociones. Si tengo algún objetivo en la vida (lo cual no significa que esté "programado" para ello) es lograr el equilibrio entre estos dos aspectos. Algunos llaman a esto madurar.

La vida es, en definitiva, el interés en lo que te rodea y en la participación de todo ello. Con la mía, hasta el momento, es lo que he tratado de conseguir."

22.1.09

Inolvidable

Hoy mis letras son llenas,
hoy mi alma es plena,
hoy respiro penas,
hoy, satisfecho... sonrío.

La paradoja de la felicidad, presente e inexistente,
es tal que cuando la sientes, desaparece.
Y al desaparecer, sin quererlo,
reconstruye su propia génesis.

Hoy mi vida está congelada
en algún lago de Nymphenburg,
patinando entre árboles desnudos,
y contigo.

Hoy, tú me acompañas sin yo poder verte.
Hoy apoyas tu cabeza en mi hombro y
Hoy, tras un microcosmos de casualidades
que nos han unido y nos han mentido,
Hoy, nos separamos con el beso que nunca vino.

Hoy te vas, hoy me voy, pero
hoy, más que nunca siento
que siempre te he llevado dentro.

Hoy, los dos, solos y espectrales,
danzaremos como la aurora sobre los hielos
que, desde ahora, serán eternos.