Lugares que he visitado (y que quiero visitar)

2.7.07

Soledad, noche


Ahora mismo es la una y cuarto de la mañana. Dentro de seis horas exactamente sonará implacable el despertador para empezar un nuevo lunes intensivo.

Me cuesta dormir, y hasta ahora no he sabido determinar las razones de mi insomnio. Creo que ya he podido identificar la principal: estoy solo. Estoy  solo en esta gran ciudad anónima, en donde nadie sabe quién soy, en donde a nadie le importa. No me refiero sólo a la falta de contacto físico, de poder abrazar desnudo a una mujer desnuda. Estoy solo también, porque no tengo cerca a nadie con quien me sienta a gusto, a un amigo al que contar mis penas, con quien filosofar y sentir que comparto sus puntos de vista. Es irónico, he podido determinar esta razón principal que explica mi insomnio porque he oído a mi vecina hacer el amor con su compañero. Francamente, ha sido maravilloso escucharles. Estaban perfectamente compenetrados, acompasados, sincronizados. He sentido nostalgia y pena.

Me he equivocado, y ahora estoy en un callejón sin salida, o al menos yo todavía no se la veo. Actúo automáticamente en un mundo en el que sobrevivo, pero en el que noto que ya no vivo. Es como si me hubiera muerto, pero siguiera necesitando aire, comida y agua.

A menudo me acuerdo de los viejos amigos, y de los buenos ratos pasados, de tantas charlas y de esa sensación de bienestar. Me acuerdo de ellos como si hiciera un siglo que no viviera cosas parecidas, y de hecho hace mucho tiempo ya. Hecho también de menos la única época de mi vida en la que me he sentido enamorado. También me son exóticos esos sentimientos ya, creo que los he olvidado.

Mucho más lejana veo a mi familia, esa que supuestamente me quiso con locura hace ya mucho tiempo, a la hoy casi no quiero ni ver, con la sola excepción de mi madre, en la que pienso casi en cada instante. He madurado sin amor, sin amigos y sin madre. He madurado solo y he pasado mucho tiempo solo. Ahora resulta que soy así. Soy un ser solitario. Y no parece tener remedio.

Sé que muy pocas personas leerán esto, y ni siquiera pretendo que lo lean. Sólo quiero desahogarme y plasmar esta pena mía en algún sitio en el que yo mismo pueda releerla. Al fin y al cabo, yo soy mi único público, desde hace ya mucho tiempo.

No sé cómo voy a conciliar el sueño. Pondré un poco de música, bajita, para no desvelar a la cansada y triunfadora pareja que ahora debe de estar abrazada, desnuda, satisfecha, soñando.

Buenas noches a todos.

5 comentarios:

MARISA dijo...

...yo se.

Bird dijo...

Por favor, dímelo tú.

Bird dijo...

... Ahora es Carlos Gardel quien me ayuda...

A media luz.

MARISA dijo...

“SOLEDAD”

Con la cabeza apoyada en el cristal, y los ojos entreabiertos la sentía, sentía como la rodeaba, sentía su abrazo, eterna amiga que nunca la abandonaba.
Su silencio la llenaba, no hacia falta nada mas, la acompañaba a cada paso.
Iba con ella por el pasillo, de puntillas, rozando sus ropas, se quedaba frente al espejo a la vez que buscaba su imagen, la ayudaba a elegir su lectura, a mirar un cuadro. Juntas, en silencio escuchaban la música, juntas.. siempre juntas.
Nunca una amistad fue tan fiel, nunca una amiga tan querida y tan odiada a la vez.
Cuantas veces deseó que se fuera, y al hacerlo, cuantas veces la añoro.
Ella le hablaba y su amiga fiel en silencio escuchaba sus palabras.
Nunca hubo reproche, hasta que ella comprendió que debía de encontrar nuevos amigos, no podía permitir que su amiga la monopolizara, deseaba sentir mas... quería sentir mas, y así ser infiel a esa amistad que tanto la había dado y tanto la había robado.
¿Cómo empezó todo? ¿Cuándo se conocieron?
Apenas podía recordar cuando se encontró con ella por primera vez.
Ya casi no podía distinguirse de ella misma.
¿Quién era mas? ¿Quién existía mas?
¿Eran acaso la una sin la otra? o ¿dejaba de ser ella, si ella no estaba?, ¿no fue ella quien la ayudo a conocerse un poco mejor? a ¿descubrirse? a ¿saborearse?
¿No es ella la que la estaba ayudando a entender? y sin embargo ¿no es ella la que la hiere?
Ya no recuerda cuando la llamó, cuando la buscó obligada por el vacío, por la necesidad de saber.
Pero lo que su amiga la enseño era duro. Por que la soledad interior, a fin de cuentas, siempre es dura.
Ójala nunca la hubiera conocido, hubiera sido aceptable si fuera una amistad pasajera, pero esta, se acomodo en ella.
Invitada impertinente, que nunca tiene prisa por irse.
¿Cuándo entro en su casa y vació sus maletas?
Recuerda, recuerda como fue, intenta recordar como era todo, sin ella."

MARISA dijo...

:-) se me olvido sonreir :-)